Juntos escuchábamos a la banda de música del quiosco del parque del Oeste y remábamos en las barcas del Retiro en las mañanas de domingo que hacía sol.
Estos tales libros, aunque hay muchos deste género, son los que se deben imprimir, porque son muchos los pecadores que se usan, y son menester infinitas luces para tantos desalumbrados.
El alquiler de este piso y todos los muebles que en él hay están pagados hasta la última peseta; no he engañado a nadie para ello y nada debo en ningún sitio.
Yo no me he alterado en oír que ando como cuerpo fantástico por las tinieblas del abismo, ni por la claridad de la tierra, porque no soy aquel de quien esa historia trata.
Aunque Katherine no había leído el Zohar, sabía que era el texto fundacional del primitivo misticismo judaico, un texto que antaño se creía tan potente que estaba reservado únicamente para los rabinos más eruditos.
Pero dividir el día en " luz" y " oscuridad" no era suficiente, por lo tanto los egipcios decidieron fraccionarlo en partes más pequeñas con la ayuda de instrumentos rudimentarios como los primeros relojes de sol.
Un soleado domingo, en Chicago, varios antiguos compañeros de clase que habían sido buenos amigos en la escuela se citaron para almorzar después de haber asistido la noche anterior a la reunión de su escuela superior.
Cogió a la niña bajo el brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni tristeza: hasta el trono de Dios.