Se podía advertir cierta vacilación en la educada voz, así como un leve acento sureño-. Me llamo Anthony Jelbart, soy el asistente ejecutivo de Peter Solomon.
A eso se debe la agitación de esta mañana. La Smithsonian se encuentra en una situación francamente difícil... -Ahora el asistente hablaba con mayor premura-.
Langdon tenía que admitir que el asistente de Peter estaba en lo cierto: el tema de la conferencia era ideal para un evento que organizaba en Washington un prominente masón.