Hemos conseguido que casi 11.000 personas hayan podido hablar, porque estos niños tenían este problema pero sin nuestra actividad antes no habrían podido hablar.
La voz de las víctimas en las aulas facilita que los contenidos didácticos cobren una dimensión más humana y dejen una impronta más duradera en la memoria colectiva.
Nadia Murad también ganó en 2018 este premio, por su ayuda a mujeres y niños y víctimas del genocidio y del tráfico de personas en los campos de refugiados.
Este juego también requiere la participación de dos víctimas, digo amigos, que sostengan una goma elástica con las piernas mientras tú saltas, pisas y haces figuras en el medio.
Mantengamos la firmeza y el apoyo político para ayudar y defender a las víctimas y concienciemos a toda la sociedad contra esa violencia, criminal y cobarde, que degrada nuestra convivencia.