No debería caber duda alguna a este respecto: es inaceptable para cualquier comunidad tolerar que civiles inocentes sean secuestrados, atados, amordazados y asesinados.
Queda por ver qué tercer país se ofrece para acoger a un criminal de tal calaña y le hace el favor a Washington de soltar esta papa caliente, como deja entrever la decisión del juez Abbott.