Por ejemplo, algunas especies, como el reloj anaranjado, se vuelven más vulnerables al concentrarse en elementos topográficos aislados como los montes submarinos.
El empleo remunerado permite que las mujeres abandonen el relativo aislamiento del hogar o sus pequeñas comunidades rurales y adquieran autoestima y confianza.
En los últimos meses se han recibido varios informes de incidentes aislados de comportamiento poco civil de los excombatientes en diversas partes del país.
Aprovechan la infraestructura social que les proporciona servicios suficientes para que no se sientan aisladas y controlan lo bastante el tiempo que emplean para participar.
Esa voluntad declarada del pueblo turcochipriota, como usted señaló claramente en el mismo informe, ha “descartado cualquier excusa posible para aislarlos o someterlos a presiones”.
Desde el punto de vista político, confirma al mundo que, a pesar de las presiones ejercidas por determinados países, Siria no es un Estado aislacionista.
La inmunización no debería ser un programa aislado, ya que esto podría conducir a la fragmentación de los esfuerzos en lo que se refiere a los servicios.
Sigue habiendo incidentes aislados en que se apedrea a medios de transporte de grupos minoritarios, los que no siempre reciben la condena de los dirigentes políticos locales.
En el caso de los pueblos indígenas que viven aislados voluntariamente, no se deberían utilizar las actividades de obtención de datos como pretexto para obligarlos a establecer contacto.
Aparte de los comúnmente conocidos efectos del aislamiento social en la salud mental, como la depresión, también hay posibles efectos negativos en el cerebro mismo.
Saltamos a continuación al año 1952, a 'Bienvenido Mr. Marshal' de Luis García Berlanga, una metáfora divertida pero trágica del aislamiento de España tras la Segunda Guerra Mundial.
El hecho de vivir en lugares aislados, con diferente clima, animales, vegetación y diferentes vecinos hizo que a partir de pequeñas variaciones de dialecto se crearan idiomas completamente diferentes.
A la vuelta de una esquina les salió al paso el convento de Santa Clara, blanco y solitario, con tres pisos de persianas azules sobre el muladar de una playa.