Una noche, llevaron a los cuatro niños al bosque, encendieron una hoguera y, uno a uno, les obligaron a decir cómo podrían hacer salir a su padre a la superficie del mar.
No se parecía a la idea que nosotros tenemos de una escuela, pues no era un lugar formal, con horarios establecidos, ni se practicaba con los más pequeños y por supuesto, estaba negado el acceso a las niñas y mujeres.