El vendedor vendió microprocesadores para ordenadores al comprador, que pagó el precio y revendió los productos en su embalaje original sin examinarlos.
Algunos usuarios finales, reclamando que los microprocesadores no eran originales, se los devolvieron al revendedor, quien se los devolvió al primer vendedor, recibiendo a cambio en algunos casos productos de sustitución, y en otros casos notas de crédito.