Y a mí, la única forma que tengo de realmente ser constante de conseguir cosas es, poquito a poquito, de forma muy regular, todos los días, pum, pum, pum, pum, empujar.
La encordó, la afinó con una perseverancia que sólo podía entenderse por el amor, y volvió a acompañarse las canciones de antaño cantadas con la buena voz y el mal oído que ni los años ni los turbios recuerdos habían cambiado.