Por ello, una educación elemental cada vez mayor en materia de tecnología debe ir acompañada de medidas para mejorar los niveles globales de educación.
La internacionalización puede contribuir a este proceso aumentando la competitividad mediante, por ejemplo, el acceso a la financiación, la tecnología y los conocimientos.
Las fronteras del conocimiento científico y del desarrollo tecnológico no sola-mente son dinámicas, sino que cada vez son más especializadas y diversas.
Ello sigue constituyendo un problema, dado que muchos de esos puestos requieren conocimientos técnicos especializados que posiblemente no sea fácil encontrar entre las mujeres.
Las organizaciones regionales intergubernamentales también prestaban apoyo para la formulación de políticas y aportaban recursos financieros y conocimientos técnicos para proyectos y programas.
Esas inversiones ofrecen un conjunto de recursos, en particular capital, conocimientos y tecnología, así como oportunidades de empleo y acceso a los mercados.
El sistema de las Naciones Unidas debería promover la transferencia de conocimientos y tecnologías a los países en desarrollo mediante sus instrumentos de planificación.