Elizabeth se sintió obligada a ayudarle a salir de tan enojosa situación, y confirmó sus palabras, revelando lo que ella sabía por la propia Charlotte.
Fue además la única por la que Florentino Ariza dio la cara: cuando le avisaron que había muerto y que iba a ser enterrada de caridad, la enterró a sus expensas y asistió solo al entierro.