Esa coalición también debe velar por que la dependencia y la capacidad excesivas no generen presiones también excesivas que pongan en peligro la cooperación internacional.
No deberíamos rehuir las medidas que contribuirían a proteger los recursos naturales marinos de la contaminación o de la pesca ilícita, no declarada y no reglamentada.
No obstante, primero deben adoptarse a nivel nacional las medidas encaminadas a impedir la pesca excesiva, sobre todo las difíciles decisiones que harán realidad esos compromisos.
En estudios realizados por distintos países y organismos internacionales se ha estimado que la captura anual ascendía a 300.000 toneladas de pescado y 10.000 toneladas de marisco.
Es difícil cuantificar la pérdida de recursos marinos debida a las “redes fantasma”, pero varios estudios sobre aparejos estáticos parecen indicar que representa el 10% de la población afectada.
El proyecto de resolución sobre la pesca sostenible representa una medida de la comunidad internacional para examinar las repercusiones de las actividades de pesca en los ecosistemas de los fondos marinos.
No obstante, Palau debe señalar con preocupación que, mientras esperamos que se realice este examen, la valiosa vida marina y los montes marinos seguirán estando expuestos a las prácticas de pesca destructivas.
En cuanto a los factores que limitan la contribución de la pesca al desarrollo sostenible, la pesca ilícita, no declarada y no reglamentada y la sobreexplotación pesquera siguen siendo un gran reto.
Para la mayoría de las especies que pescamos, los pescadores comerciales y deportivos sólo pueden conservar individuos por encima de cierto tamaño legal mínimo.