Así en constantes derroches de nuevos adelantos —necesidad irresistible de compensar con siete días de gran señor las miserias del obraje— el Silex volvió a remontar el río.
Varios ingenieros civiles y arquitectos aseguraron en medios que, como esta red de túneles va en líneas rectas, los agujeros seguirían apareciendo justo en esa misma dirección.
No obstante, esto me obligó a buscar ropa, que encontré en abundancia, aunque solo cogí la que iba a usar inmediatamente, pues había otras cosas que me interesaban más, como, por ejemplo, las herramientas.