Tras pasar por la última nave, Meiji, la gota alcanzó el final de la fila y volvió a ejecutar un ángulo agudo para ir a por la primera nave de la tercera fila, Newton.
Pero soltó el cabo del arpón y dejó que corriera lentamente entre ambas manos, y cuando pudo ver, reparó en que el pez estaba de espaldas con el vientre plateado hacia arriba.