Al año después del supuesto "limonazo" la autora presentó una demanda en un juzgado del trabajo solicitando la declaración del supuesto "limonazo" como un accidente de trabajo.
El Estado Parte sostiene que la autora no probó ante los tribunales internos, el hecho de la lesión (el golpe de limón mientras trabajaba) ni la supuesta consecuencia de la lesión (desprendimiento de la retina).
Mientras uno afirmó que lanzó un limón a una caja desde una distancia de 4 a 5 m, el otro indicó que el limón fue lanzado desde la distancia de 1 m al lugar donde se encontraba la autora.