La misión observó que se habían retirado sistemáticamente las antiguas canalizaciones de regadío (canalones semicirculares de hormigón colocados encima del suelo).
Las condiciones sanitarias son sumamente precarias: 49% de los conjuntos reciben suministros de agua de pozos públicos, 30% de aguas superficiales, 20% del sistema hídrico canalizado y menos del 1% de precipitaciones pluviales.
La humedad producida por las lluvias intensas, combinada con las elevadas temperaturas registradas a lo largo del mes, provocaron un aumento de los casos de diarrea, al bañarse los niños en ríos y canales de riego contaminados.