En Indonesia creemos que el diálogo y la cooperación entre las religiones para potenciar las voces moderadas pueden reducir el radicalismo violento en gran medida.
Además, se ha progresado en la unificación de instituciones divididas según criterios étnicos y comienza a esbozarse cierto grado de cooperación entre las mayorías moderadas de los principales partidos políticos.
Todos compartimos el interés común de crear una región de tolerancia y cooperación, una región en donde los moderados tomen la iniciativa y no los extremistas, cuya violencia ha determinado el programa por tanto tiempo.