Dos habían desaparecido, sin duda escamoteados por los suyos para tratar de hechizarlos, y un tercero había muerto del mal de rabia en la segunda semana.
Recordó el caso de un paciente suyo que murió al cabo de cinco años, pero quedó la duda de si no habría sufrido contagio posterior que pasó inadvertido.
Claro que las mordeduras de murciélagos son peligrosas porque pueden transmitir rabia, pero el mayor transmisor de rabia a humanos es nuestro fiel compañero… Sí, el perro.