2.Es verdad que no lo gozaron mucho tiempo, porque Antonia, la casada con el albañil, tampoco podía moverse, ahora que esperaba a su segundo, en sólo dos habitaciones, que además eran sombrías y húmedas para los pequeños.
3.El sol entredoraba las azoteas salidizas de la Segunda Sección de Policía —pasaba por la calle una que otra gente—, la Capilla Protestante —se veía una que otra puerta abierta—, y un edificio de ladrillo que estaban construyendo los masones.
4.Hasta hacía poco, en efecto, los incendios eran apagados por voluntarios con escaleras de albañiles y baldes de agua acarreados de donde se pudiera, y era tal el desorden de sus métodos, que éstos causaban a veces más estragos que los incendios.