Una monja de servicio llevó una garrafa con frutas picadas en un vinazo de dos orejas, y un platón de aguas humeantes que impregnaron el aire de un olor medicinal.
Apenas los muñecos oyeron que Arlequín estaba perdonado, corrieron al escenario, encendieron todas las luces, como en las noches de gala, y empezaron a saltar y a bailar.
En Madrid, para la celebración de este día, se realiza un imponente desfile militar en el que participan todas las unidades del ejército: aviones, tanques y otros cuerpos.
Y así siguieron hasta la gran fiesta de la primavera, la mejor del año, que resultó un grandísimo fracaso: sólo aparecieron el búho y unos pocos animales más.
Debía llevar esperando años aquel momento, porque enseguida animó a todos a entrar en su casa, donde todo estaba preparado para grandísima fiesta, llena de monstruos, golosinas y caramelos.
Todos sus amigos y compañeros de escuela debían ser invitados para una merienda que había de celebrarse al día siguiente en la casa del Hada, para solemnizar el gran acontecimiento.
Esto fue el mismo año que nuestro victorioso Emperador en esta insigne ciudad de Toledo entró y tuvo en ella cortes, y se hicieron grandes regocijos, como vuestra merced habrá oído.
Estamos en pleno mes de Abril, y en una ciudad de España, Sevilla, esperan este mes con impaciencia durante todo el año, porque es el momento de su gran fiesta: la Feria de Abril.