La parte perjudicada (víctima) goza del derecho de recibir el mismo tipo de información y el tribunal debe, según proceda, adoptar medidas para impedir que el acusado y la víctima se encuentren en su sede.
¿Pero dónde encontrarlos, si andan perdidos por el mundo y anónimos y no se reconocen cuando se ven y ni ellos mismos saben el alto ministerio que cumplen?
Era una especie de juguete chino, compuesto por cinco cajas concéntricas, y en la última una tarjeta laboriosamente dibujada por alguien que apenas sabía escribir: Nos vemos el sábado en el cine.