Judas estaba en el centro de un círculo de curiosos, bailando con la que le pagara, y habían tenido que poner orden para calmar las ansias de las pretendientas.
Los primeros hombres y mujeres se congregaban a compartir lo que entendían del mundo: cómo poder sobrevivir, qué cosas de la naturaleza había que observar, qué normas sociales había que seguir.
Desde este día hasta el 20, coloqué estantes y clavos en los pilares para colgar todo lo que se pudiese colgar y entonces empecé a sentir que la casa estaba un poco más organizada.
Un día, el recién llegado jefe de policía, al ver allá, lejos, una muchedumbre que se agitaba en torno de algo desconocido, sintió la necesidad de ejercer su autoridad e ir a imponer el orden.
El sueño del pueblo chino está íntimamente ligado al de los demás pueblos del mundo, por lo que en la materialización del sueño chino no podemos permitirnos prescindir de un entorno internacional pacífico y de un orden internacional estable.