Habida cuenta de que un empresario tiene más libertad para organizar el tiempo de que dispone y de que es su “propio patrón”, no tiene que lidiar con el “techo de cristal”.
Sin embargo, el hecho mismo de que la mitad de las mujeres de esta parte del sector privado tengan la calidad de propietarias marca un gran progreso en relación con el sector social.
Cuando se observa la proporción de mujeres propietarias en la cantidad total de mujeres ocupadas en el sector privado, se obtiene la información de que la mitad de las mujeres ocupadas son propietarias.