Su aliento brotaba en breves y resollantes espasmos; un pliegue de tejido adiposo digno de un senador le restaba un corte elegante al cuello levantado de su abrigo.
El adipósito se inflama, la insulina se desequilibra, tenemos niveles altos de glucosa en sangre, tenemos resistencia a la insulina, y eso crea un escenario pro-inflamatorio.