Rosa y perla era su gran abanico de gasa, y en el cabello, que formaba una aureola de oro viejo en torno a su carita pálida, llevaba una linda rosa blanca.
Señor, debajo destos lienzos están unas imágines de relieve y entabladura que han de servir en un retablo que hacemos en nuestra aldea; llevámoslas cubiertas, porque no se desfloren, y en hombros, porque no se quiebren.