Y sí, soy un poquito, pero la verdad es que esas reprimendas a corta edad por parte de nuestras autoridades, que en ese momento eran los maestros, generan que no nos animemos a tomar riesgos creativos en el futuro.
Sin embargo, su belleza no lo ponía a salvo del rigor: también él tuvo que soportar una reprimenda en italiano por haber colgado la murena en la puerta, sin otra explicación posible que la de asustar a los niños.
Ella solía decir que cuando dos niños están juntos ambos son culpables de lo que cada uno hace por separado, de modo que nos reprendió a ambos por los gritos de mi hermano, y nos siguió recriminando nuestra falta de dominio.