Y, por lo visto, no hemos aprendido la lección, pues tú has seguido con tu costumbre de llorar durante horas frente al televisor viendo telenovelas que a mí, con perdón, me parecen tontas.
No poco gustaron los dos de ver la buena memoria de Sancho Panza, y alabáronsela mucho, y le pidieron que dijese la carta otras dos veces, para que ellos ansimesmo la tomasen de memoria para trasladalla a su tiempo.