Han sido 21 sesiones, un mes de trabajo de un proceso muy mediático, marcado sobre todo por las contradicciones de los acusados y las sobrecogedoras declaraciones del entorno de la víctima.
El doctor Juvenal Urbino entregó la carta histórica, que luego se traspapeló y nunca más se supo de ella, y la comitiva en pleno estuvo a punto de asfixiarse en el sopor de los discursos.