La mejor gestión económica ha reducido el déficit presupuestario y la deuda pública, y, en consecuencia, la gestión monetaria ha podido mejorar en gran medida el rendimiento en cuanto a la inflación.
Se considera en general que se ha completado en gran medida en el Asia oriental la reestructuración financiera y empresarial, en tanto que se han reducido los déficit presupuestarios o, como en el caso de Tailandia, se ha mantenido el superávit presupuestario.
Persiste la dependencia del comercio y los déficit presupuestarios de los Estados Unidos para incentivar la economía mundial, lo que genera preocupaciones sobre la distribución desigual de la demanda entre las naciones industrializadas y la posibilidad de nuevas presiones sobre el dólar que puedan dar lugar a una mayor inestabilidad financiera y de los tipos de cambio.