Los ciudadanos de algunos países muy ricos gastan millones de dólares en dietas de adelgazamiento, mientras que en otros países pobres tan sólo una pequeña fracción de esa suma es suficiente para sobrevivir.
Estas virtudes lo convierten en el alimento ideal para complementar regímenes de adelgazamiento, por lo que cuesta trabajo aceptar que pueda resultar indigesto.