Que nos permite explicar por qué a veces cuando nos ponemos unos anteojos o un buzo o incluso una capa nos podemos sentir más seguros de quiénes somos.
Nos salen canas y la piel se nos arruga; nuestra visión y escucha pueden deteriorarse, perdemos agilidad física y podemos olvidar ciertas cosas, como dónde dejamos las llaves o los anteojos.
Traían sus anteojos de camino y sus quitasoles. Detrás de ellos venía un coche con cuatro o cinco de a caballo que les acompañaban, y dos mozos de mulas a pie.
Tenía tal conocimiento de los textos sagrados, que convenció a aquellos infelices paganos de la insuficiencia de un collar de dientes de perro y unos anteojos para cubrir la desnudez del cuerpo durante las ceremonias del culto divino.