Sin embargo, los certificados médicos obtenidos en el caso turco habían sido expedidos por médicos castrenses uzbecos que trabajaban en las prisiones donde estaban recluidos los autores.
Un suicida hizo estallar el coche bomba que conducía cuando pasó junto a la caravana de autobuses castrenses que transportaban a los soldados a un complejo residencial militar.
El grupo insurrecto fue " rendido y capturado" y fue interrogado de inmediato por las autoridades, en tanto que los cuarteles y sedes castrenses, según el comunicado oficial, " se encuentran funcionando bajo completa y absoluta normalidad" .