Así pues, corresponde al Congreso, de acuerdo con nuestra Constitución, tomar la decisión que considere más conveniente para el interés general de todos los españoles.
Y esos valores están en la base de nuestra Constitución, de la Constitución española y son, además, valores y principios compartidos ampliamente por la ciudadanía española.
El 8 de septiembre de 2017 el parlamento catalán aprobó la Ley de Transitoriedad, una ley que suprimía la Constitución Española y el Estatuto de Cataluña.
Quizá uno de los más llamativos fue cuando la princesa pronunció sus primeras palabras en público, que es cuando leyó el artículo primero de la Constitución.
Una convivencia, en fin, que exige el respeto a nuestra Constitución; que no es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades.
Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, estaban firmando un pagaré del que todo americano iba a ser heredero.