Según indican las encuestas ante las próximas elecciones generales de abril, el jefe de Gobierno se disputaba el cargo con ventaja sobre sus contrincantes.
El mandatario había aceptado la victoria de su contrincante, Adama Barrow, al día siguiente de los comicios, pero luego decidió solicitar que se invalidaran las votaciones.
La líder del Frente Nacional pareció por momentos ajena a los golpes, centrada en difundir su mensaje ultranacionalista y antiinmigración, sin sufrir demasiado el embate de sus contrincantes.
Se trataba de un engaño, pues su contrincante no era un caballero, si no el bachiller Sansón, cumpliendo la promesa que le había hecho a la sobrina del Quijote.
Kuczynski, de 77 años, tildó a su contrincante de inexperta por no haber trabajado en empresas y se presentó como el “piloto experimentado” que el país necesita para “guiar el avión en cielos turbulentos”.
Su agitada vida -llena también de claroscuros-, sus peleas, sus amantes y sus duelos, que le obligaron a huir de Roma después de matar a uno de sus contrincantes, lo convirtieron en un personaje muy conocido.
Trump se ha presentado prácticamente sin contrincantes, ya que el exlegislador Joe Walsh suspendió su campaña tras los pobres resultados obtenidos en Iowa, mientras que el exgobernador de Massachusetts Bill Weld todavía sigue en la carrera sin apenas posibilidades.