Tengo memoria de haber visto algo así como nubes espumosas haciendo remolino sobre mi cabeza y luego enjuagarme con aquella espuma y perderme en su nublazón.
Después de un par de minutos, como veis, el azúcar ya se ha disuelto, y queda una mezcla bastante espumosa que ayudará a que el bizcocho quede esponjoso.
Pues la verdad es que de sabor está bastante intenso, sabe mucho a café, pero lo característico es que está muy espumoso, tiene una espuma por arriba súper rica.