El rostro del forastero tenía una dolorosa expresión de estupor, y parecía batallar sordamente contra sus impulsos primarios para no disipar el espejismo.
Aturdida por tantos estupores, la señora Prudencia Linero subió en el ascensor abarrotado por los clientes de los otros hoteles que hablaban en idiomas herméticos.
Antes de que el marqués tomara conciencia de los riesgos que lo acechaban, Bernarda lo sacó del estupor con la novedad de que estaba encinta de dos meses.
Allaby, solo en su biblioteca, pensó con estupor que ese temeroso había oprimido en el Sudán a tribus de hierro y sabía qué cosa es una batalla y qué cosa es matar.
Por eso digo que a veces él jugaba con movimientos sin represión, es decir, en este caso una expresión escatológica que, bueno, que podía a veces ser bien acogida y a veces podía generar el estupor.