Pero en la noche del lunes los dirigentes fueron sacados de sus casas y mandados, con grillos de cinco kilos en los pies, a la cárcel de la capital provincial.
Una vez nos dijo que había visto el grillo dentro de la luna del espejo, hundido, sumergido en la sólida transparencia y que había atravesado la superficie de cristal para alcanzarlo.
Como quieras, señor grillo; pero yo sé que mañana al amanecer me marcho de aquí, porque si me quedo, me sucederá lo que a todos los niños: me llevarán a la escuela y tendré que estudiar quiera o no quiera.
Con él, de niños salíamos al campo, a oír los grillos en primavera, también a capturar grillos, teníamos unas grilleras pequeñitas en casa, que cantaban los grillos por la noche.