Pero un día este celibato impuesto por la matriarca terminó a causa de las ofensas que Prudencio Aguilar le había hecho a José Arcadio en relación a su poca hombría.
Entre los más ofendidos con Darcy estaba la señora Bennet, cuyo disgusto por su comportamiento se había agudizado convirtiéndose en una ofensa personal por haber despreciado a una de sus hijas.
Alonso, me quedo con el sobrenombre de la sayona, ese desprecio, esa ofensa que no es más que otra forma del cerco al que se está sometiendo a la oposición.