El plutonio separado y el combustible gastado se almacenarían en forma descentralizada en varios lugares, mecanismo que minimizaría el transporte del combustible.
Como resultado de la catástrofe de Chernobyl, el territorio de Belarús quedó contaminado con radionucleidos de cesio, estroncio y plutonio de período largo.
Se expresó preocupación concreta por riesgos para el medio ambiente y la proliferación que representan el reprocesamiento del plutonio y el transporte de materiales nucleares.
En consecuencia, un requisito indispensable para la construcción de nuevas instalaciones es la demanda de nuevas actividades de reprocesamiento y de fabricación de plutonio reciclado.
Aumentaría el riesgo de desviación, pues no hay manera de garantizar que el plutonio procesado en plantas de energía eléctrica no sea utilizado con fines militares.
Se consideraron tres alternativas para la liberación de Pu, pero en última instancia no se logró consenso y nunca se ha establecido un mecanismo de almacenamiento internacional del plutonio (AIP).
Es necesario que el plutonio no sea utilizado como combustible en reactores de uso civil, se guarde en recintos bien protegidos y quede inmovilizado para impedir su contrabando y reutilización en armas nucleares.
Al igual que en la mayor parte de las iniciativas de esa época, se hacía hincapié en la parte final del ciclo del combustible, concretamente en el reprocesamiento y la contención del plutonio.
A la sazón se expresó particular ansiedad por el aumento previsto de las instalaciones de reprocesamiento (la “economía del plutonio”) y el consiguiente aumento del riesgo de proliferación horizontal y robo a nivel subnacional.
La mezcla de plutonio con vidrio soluble y desechos radiactivos podría evitar riesgos para la salud humana, ahorrar cientos de millones de dólares y allanar el camino hacia una política de no proliferación más sensata.
A la larga, el óxido de plutonio o el polvo de mezcla de óxidos se envían al lugar de fabricación de combustible y después se devuelven al propietario en forma de conjuntos combustibles de MOX.
La agencia no ha observado ninguna indicación de operaciones en un reactor de plutonio desde principios de diciembre de 2018 ni de actividades de reprocesamiento en el laboratorio radioquímico.