En una pulpería, rodeado de unos cuantos gauchos, un hombre ya mayor, Martín Fierro, se pone a relatar sus peripecias, cantando y acompañándose con su vigüela.
En una ocasión, mientras está cantando y bebiendo con unos amigos en una pulpería, llega el juez de paz para alistar a los hombres en los destacamentos que mantienen la guerra contra los indios en la frontera.