Cuando Fernanda lo supo volvió a hacer sus baúles de recién casada y se marchó de Macondo sin despedirse. Aureliano Segundo la alcanzó en el camino de la ciénaga.
Había flores rodeándole, dulces flores antiguas que plantara su madre en el jardín familiar en sus días de recién casada y por las cuales sintiera Matthew un amor secreto y callado.
Es Irina, 32 años, dependienta de una tienda de ropa, recién casada, mucho tiempo buscando tener un hijo, aunque en realidad es Irina a punto de morir y es ese hijo que esperaba, a punto de morir.