La Comisión de Derechos Humanos ha perdido su capacidad de actuar eficazmente en nombre de las víctimas, y por lo tanto ha perdido también su credibilidad.
Todo lo que así se consigue es el descrédito de la cooperación multilateral en materia de no proliferación y desarme, lo que acarrea graves consecuencias para la integridad de este Tratado.