Estudios han encontrado que los niños en realidad no almacenan esos recuerdos permanentemente y esto sucede no porque nuestro cerebro no puede retener información.
Desde la Revolución Industrial, los humanos hemos extraído combustibles fósiles de la tierra y los hemos quemado, activando la energía almacenada para producir electricidad y alimentar máquinas.
El tema es que en situaciones atípicas como esta muchas personas quieren asegurarse su parte, por lo que acumulan y reservan agua y eso disminuye las reservas.
Esto es muy importante y expertos creen que al vincular el lenguaje a los recuerdos ayuda a nuestro cerebro a organizarlos y almacenarlos de manera más eficiente.
El siguiente tramo de pasillo y sus correspondientes habitaciones servirían de zona de trabajo: taller, almacén, cuarto de plancha, depósito de acabados e ilusiones, todo lo que cupiera.
Cuando consumimos más energía de la que necesitamos nuestro cuerpo la almacena como glicógeno, pero si las reservas de glicógeno ya están llenas, entonces el cuerpo lo convierte en grasa.
Por eso, si tienes niveles bajos de azúcar en sangre, tu cerebro consumirá la mayor parte de estas reservas de energía y pensará que te has quedado sin combustible.
Debido a que los sueños son tan aleatorios, no nos almacenamos en la parte de nuestro cerebro a cargo de la memoria a largo plazo ocasionando que rápidamente se desvanezcan.