Unos paneles de plexiglás rugoso separaban el espacio en distintos compartimentos: un laboratorio, una sala de control, una sala mecánica, un cuarto de baño y una pequeña biblioteca de investigación.
En ellas, el año se divide sencillamente en seis meses largos de noche y en otros tantos de día. La temperatura está casi siempre bajo cero, incluso en el llamado verano polar.
Pero este calendario seguía sin coincidir con el ciclo solar y por fin se re-ajustó a 365 días, repartiendo los días sobrantes entre los meses que terminaron teniendo 30 o 31 días.
La administración romana de Hispania se plasma ya desde el primer momento de la conquista en la división de los territorios bajo su control en dos provincias, Citerior, la más cercana a Roma, y Ulterior, la más lejana.