Recurra a mí cuando quiera; estaré encantado de hacerle más figurines, me enloquece todo lo que venga de París. Vuelvo a la mazmorra. Buenas noches, querida.
Figurines, revistas de moda extranjeras. Doña Manuela las tenía por docenas; cuando iban quedándose viejas nos las regalaba y yo me las llevaba a casa, nunca me cansaba de mirarlas.
Fumamos sin prisa, comentamos modelos y me expresó sus gustos en su media lengua de forastera. Señalando los figurines me preguntó cómo se decía bordado en español, cómo se decía hombrera, cómo se decía hebilla.