Temía la reacción de mi madre: Ignacio para ella había llegado a ser el hijo que nunca tuvo, la presencia que suplantó el vacío masculino de nuestra pequeña familia.
La joven generación de traductores tendrán que asumir el arduo cometido no solo de llenar los vacíos existentes, sino también de revisar y mejorar las obras ya traducidas, cuya calidad deja mucho que desear.