Lunes de Pascua: marca el comienzo del tiempo de Pascua, que comienza con la resurrección de Cristo y rememora el tiempo que pasó después con los apóstoles.
La Isla de Pascua y la imprudencia de sus moradores nos ha dejado un fascinante y enigmático legado en forma de moáis, testigos de la destrucción de su propio pueblo.
Maravilla será que acierte; porque no hará sino harbar, harbar, como sastre en vísperas de pascuas, y las obras que se hacen apriesa nunca se acaban con la perfeción que requieren.
Una de las teorías sugiere que en la Isla de Pascua llegaron a convivir más de 15.000 personas en su máximo apogeo, que sí habrían sido capaces de construir tantos moáis.
Se acercaba la Pascua y la semana anterior a ésta iba a traer un aditamento a la familia de Rosings, lo cual, en aquel círculo tan reducido, tenía que resultar muy importante.