Los forasteros que oyeron el estropicio en el comedor, y se apresuraron a llevarse el cadáver, percibieron en su piel el sofocante olor de Remedios, la bella.
A mediados del siglo XVI un indio condujo a los españoles al cerro, y por doscientos años las minas sirvieron para enriquecer a exploradores extranjeros, españoles y propietarios.
Figurines, revistas de moda extranjeras. Doña Manuela las tenía por docenas; cuando iban quedándose viejas nos las regalaba y yo me las llevaba a casa, nunca me cansaba de mirarlas.