Eran ganancias mínimas, y además había que repartirlas con otros empleados que se pasaban de mano en mano los informes secretos sobre los enfermos graves.
Quien ha entrevisto el universo, quien ha entrevisto los ardientes designios del universo, no puede pensar en un hombre, en sus triviales dichas o desventuras, aunque ese hombre sea él.
O sea, eso es muy grande, uno ahí es insignificante y pequeñito, y el tamaño del glaciar y los miles y millones de años que hace que los glaciares están ahí le dan aún una dimensión muy distinta de lo humano.