El ex Primer Ministro Haradinaj dimitió inmediatamente después de que se le notificara la acusación en su contra y se entregó voluntariamente al Tribunal 24 horas después.
La República Srpska, en cooperación con Belgrado, formuló una nueva política de negociación de entregas “voluntarias” (y lucrativas) de los acusados por el Tribunal radicados principalmente en Serbia.
Una combinación de esas actividades con la presión internacional permitió lograr que 24 acusados se entregaran voluntariamente o fueran detenidos y trasladados a la Dependencia de Detención dentro del período comprendido en el informe.
Por primera vez después de la guerra el Gobierno de la República Srpska dispuso la entrega y transferencia de varios acusados a La Haya, así como la colaboración con Belgrado para facilitar otras “entregas voluntarias”.
Teniendo en cuenta que no se permiten los juicios con acusados en rebeldía ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, el acusado debe ser llevado a La Haya, ya sea mediante arresto o por entrega voluntaria.