Todos vieron a compañeros torturados hasta la muerte, con frecuencia después de haber sido capturados nuevamente por las fuerzas argelinas tras un intento de fuga.
Con mucha frecuencia también se obligaba a las mujeres a desnudarse y se utilizaba con ellas un lenguaje despectivo como forma de humillación y de tortura mental.
Pese a esfuerzos significativos que han desembocado en la consecución de la paz en varias regiones de África, el continente sigue sufriendo conflictos violentos y crisis humanitarias.
Se infligió tortura mental extrema a muchas madres que vieron quemarse vivos a sus hijos, que habían sido arrancados de sus brazos y lanzados al fuego por los Janjaweed.